Entrevista Manolo Simó 1977
Manolo Simó estuvo ligado al Betis desde 1931 a 1978 en varios puestos directivos, principalmente en la secretaría técnica, además de ser también delegado de campo.
Como comentabámos recientemente en la serie La Copa del 77, con motivo de este acontecimiento la prensa local rememora la anterior final de Copa jugada por el Betis en 1931 y realiza diversas entrevistas a personas vinculadas al club y que estuvieron allí como jugadores, directivos ó aficionados. Este es el caso de Manuel Simó Mateos, quien relata al periodista Vicente Brú sus vivencias de ese día, 21 de Junio de 1931, pero que en el caso de Manolo Simó fue durante un periodo mayor ya, que como él mismo cuenta, marchó a Madrid desde el mismo momento en que el Betis se desplazó allí para jugar el partido de desempate de la semifinal con el Arenas de Guecho.
Cuando relata el gol bético en la final contra el Athletic a Manolo Simó la memoria le juega una mala pasada, ya que el tanto sí fue marcado por Sanz, pero no de corner directo, sino rematando un corner sacado por Timimi y que rechazó el meta bilbaíno Blasco de puños.
Manuel Simó narra también en la entrevista su asistencia a la corrida con la que el 17 de Junio de 1931 se inauguró la plaza Monumental de las Ventas, en un festejo que duró desde las tres y media de la tarde hasta las ocho menos cuarto. Se lidiaron 8 toros, cada uno por un diestro distinto: Fortuna, Marcial Lalanda, Nicanor Villalta, Fausto Barajas, Luis Fuentes Bejarano, Vicente Barrera, Armillita Chico y Manolo Bienvenida.
La otra gran noticia impactante que nos cuenta Manuel Simó es la grave cogida sufrida el 31 de Mayo por el sevillano Gitanillo de Triana en una corrida de San Isidro, y que le mantuvo en gravísimo estado durante casi 5 meses, hasta que en Octubre falleció.
ECOS DE UNA FINAL HISTÓRICA
Manolo Simó, una institución en el Betis, estuvo presente
Manolo Simó es un archivo viviente del Betis. Muchos años lleva vinculado al club verdiblanco y su simpatía, cordialidad y corrección son bien conocidas en todo el ámbito el fútbol nacional. Más de una vez le habíamos oído contar muchas anécdotas de aquella final de 1931 y por eso nos citamos en la Tertulia Bética. Rodeado de amigos y en presencia de don Manuel Zambrano, charlamos durante una hora inolvidable de aquellos días.
– ¿Estaba ya vinculado al Betis en aquella fecha?
– Precisamente en aquel año comencé a trabajar para el club, ya que me habían encargado de la confección de un fichero, que hasta entonces no había existido.
– ¿Qué recuerdos tienes de aquello?
– Un recuerdo inolvidable. Aquello era un gran acontecimiento no sólo para la historia del Betis, sino para Sevilla. El haber llegado a la final con aquellos grandes equipos y jugarla con el Athletic de Bilbao, curtido en las lides coperas, en las que ya mandaba desde que se inició el Campeonato, suponía para nuestro club la gran aventura y la confirmación del momento por el que atravesaban nuestros jugadores, y que había culminado cinco días antes con una eliminatoria histórica y memorable frente al Arenas. Estos tres partidos, porque hubo de jugarse un desempate, fueron lo mejor de aquel Campeonato.
– ¿Qué ocurrió frente al Arenas?
– En Bilbao, aquel soberbio equipo que estaba a la altura de los mejores, nos había ganado por dos a uno. Al domingo siguiente, recuerdo que fue el 14 de junio, le ganamos aquí por 1 a 0. Entonces no existía eso de las prórrogas y hubo de concertarse el desempate inmediatamente. En el mismo campo y previo acuerdo con la Nacional. Se acordó jugar en Madrid al martes siguiente y aquella misma noche los dos equipos salieron en tren para la capital de España.
– ¿Asististe a aquel desempate?
– Allí comenzó la primera gran aventura de mi vida. En el mismo campo acordamos un grupo de amigos marcharnos para no perder aquel partido de nuestro equipo y acompañarlo. Me fui a casa corriendo por la calle y le pedí a mi madre veinte duros. Cien pesetas en aquellos días era como si hoy le hubiera pedido a mi madre mil duros. Todavía no me explico cómo pude “trajinarme” a mi madre, pero la verdad es que me los dieron y aquella noche estábamos con nuestro Betis camino de Madrid.
– ¿Qué te costó el viaje?
– Nos costó cincuenta pesetas ida y vuelta. Sacamos también la vuelta, por si las moscas…
– ¿Qué hicisteis en Madrid?
– El Betis se quedó en Madrid y nosotros llegamos a la capital con solo diez duros. En los días en que estuvo el equipo concentrado en el Real Sitio haríamos dos o tres viajes y no entiendo todavía cómo logramos llegar hasta allí. La verdad es que nos dedicamos al deporte del “sablazo” y a cualquier amigo ó conocido que nos encontrábamos le pedíamos cinco ó seis duros. En Madrid estuvimos toda la semana, ya que eliminamos al Arenas y por primera vez nos clasificamos para la final. Como tú comprenderás no era cosa de volver para casa y perderse aquel acontecimiento.
– ¿Hubo petición de más dinero a casa?
– Ni hablar, ninguno nos atrevimos. Sin embargo, lo pasamos fenomenalmente y nos divertimos como millonarios. Precisamente en esa semana presenciamos una corrida histórica, ya que fue la inauguración de la plaza Monumental de las Ventas. No me acuerdo quién toreaba, pero sí que eran siete toros de distintas ganaderías para siete toreros, y que la entrada nos costó ocho pesetas.
– ¿Qué otros recuerdos tiene de aquellos días?
– Uno desagradable, ya que por aquel entonces agonizaba Gitanillo de Triana, que había resultado cogido en una corrida de San Isidro.
LA FINAL
– Ya estamos en el domingo de la final, ¿cómo resultó aquello?
– Mira, por aquellas bromas pesadas de los elementos, el día amaneció con una lluvia intensa, que más se parecía al diluvio universal. Aquello ya nos parecía un mal presagio, ya que siempre hemos sido, salvo la temporada en que tuvimos jugadores vascos y nos valió el Campeonato de Liga, un equipo de secano. Aquel campo de Chamartín era una auténtica laguna en la que era difícil, sobre todo para nosotros, el sostenerse en pie. En la primera mitad ya perdíamos por dos goles a cero. Jesús, que salió de portero titular, entró llorando en el vestuario, ya que se consideraba culpable de los dos goles y hubo que sustituirlo por Pedrosa. Hubo un gol de aquel bilbaíno, Roberto, que fue realmente prodigioso. La verdad es, aparte el mal estado del terreno del juego, que aquellos eran auténticas figuras, lo de leones era un apelativo bien puesto.
– ¿Recuerdas el equipo bético?
– Claro que sí. Jugaron: Jesús; Aranda y Jesusín; Peral, Soladrero, Adolfito; Timimi, Adolfo, Romero, Enrique y Sanz. El gol lo marcó éste último, de un córner directo.
– ¿Qué ha sido de estos jugadores?
– Jesús, Peral, Soladrero, Adolfito, Timimi, Adolfo y Enrique han muerto. Jesusín, que trabajó mucho tiempo en el Banco Popular, ahora Andalucía, marchó a su tierra, Alcázar de San Juan; Pedrosa vive en Santander y Sanz, creo que anda por Murcia. El único que vive en Sevilla, y está pasando ahora por unos momentos muy desgraciados, es Rosendo Romero, al que hace muy poco tiempo le han amputado las dos piernas.
– ¿El público cómo estuvo?
– Eso fue también extraordinario, ya que casi todo el público, con excepción de los bilbaínos, claro está, estuvo a favor del Betis y no cesó de animarle. También nuestros jugadores, con su entrega, admiraron a aquellos extraordinarios aficionados.
– Sabemos que la situación económica del Betis en aquellos tiempos no era boyante ni mucho menos ¿te acuerdas si hubo que hacer algo especial para viajar a Madrid?
– En aquellos tiempos las situaciones se resolvían siempre sobre la marcha. Los problemas económicos surgían a cada momento, pero la generosidad de los directivos y de los aficionados las solucionaban. Eso no se podría hacer hoy, ya que las cifras que se manejan son muy superiores. El tener ahora a 20 ó 22 hombres de viaje cuesta una fortuna. Yo recuerdo colectas entre los directivos y aficionados íntimos, que nunca se recuperaron y tampoco llegaron a la masa.
– ¿Recuerdas los precios de las entradas?
– La más cara de tribuna costaba 15 pesetas y la más barata, tres.
– ¿Hubo desilusión en Sevilla por no haber ganado el Betis?
– Sevilla le hizo al equipo un recibimiento memorable. Yo, que he visto muchos acontecimientos de esta índole, no recuerdo un entusiasmo tan desbordante. El centro estaba tan repleto de aficionados que, en las inmediaciones de donde está hoy el Banco de Andalucía, entonces Bar Jerezano y sede del club, no se podía dar un paso. Creo que si hubiese sido campeón no le hubiesen recibido mejor.
LA FINAL DE AHORA
– ¿Estarás en esta final?
– No lo sé. Ya no tengo el corazón con la misma firmeza y fortaleza que entonces. Ultimamente he tenido varias cosillas propias de mis 71 años y mi mujer e hijos no creo que me dejen. De verdad que me gustaría estar presente, pero me tendré que quedar aquí, muy a la fuerza desde luego.
– ¿Qué pasará?
– Puede pasar de todo. No recuerdo ninguna temporada con tantos altibajos en todos los clubs y el Betis no es una excepción. De ganar al Madrid en su propio feudo se pasó a perder con el colista. Por eso no se puede prever nada. Yo creo que el Betis tiene uno de los mejores equipos de todos los tiempos y puede tutear al Athletic y ser campeón. Reconozco que los vascos están en un momento impresionante y que tienen a dos goleadores en vena de aciertos; pues bien, a lo mejor ni Dani ni Carlos ven el gol el sábado. O por lo menos es lo que yo deseo.
De eso sí que estamos seguros, ya que Manolo Simó es auténtica historia del Betis y al que se le debe un homenaje público. Desde luego, el mejor que se podría ofrecer es la consecución de esta primera Copa del Rey.
Fuente: Vicente Brú en Nueva Andalucía 23 de Junio de 1977