Entrevista Pascual Aparicio 1958
Con motivo de la celebración de las Bodas de Oro en diciembre de 1958 en el diario Marca se realizaron unas entrevistas a históricos presidentes verdiblancos. Ya vimos con anterioridad las realizadas a Antonio Moreno Sevillano aquí y a Ramón Pol Carbonell aquí, presidentes en la década de los años 30 y 40.
Hoy traemos la realizada a Pascual Aparicio García, presidente bético entre los años 1949 y 1951, en la etapa más dramática en los años de la Tercera División. Con anterioridad había sido vocal de las directivas de Eduardo Benjumea y Manuel Alonso entre 1945 y 1947, y vicepresidente con Manuel Romero en la 47-48.
Ser directivo bético en esos años no era una tarea grata. La primera obligación de un directivo era sufragar con su propio patrimonio el permanente déficit económico en que se movía el club temporada tras temporada, lo que hacía muy difícil el desempeño directivo.
Pascual Aparicio repasa en la entrevista, a cargo del periodista Juan Manuel Borbujo, la actualidad verdiblanca de esos difíciles años, con apenas 600 socios y poca predisposición para el relevo directivo, ante la dura realidad económica de la entidad.
La fidelidad de esos pocos, y su entrega económica, hicieron posible la supervivencia a la espera de nuevos y mejores tiempos que empezaron a llegar en 1953 con Manuel Ruiz y desde 1955 con Benito Villamarín.
Uno de los elementos más prestigiados en el seno del Betis es don Pascual Aparicio García, presidente que fue en la época más triste del club sevillano, con la permanencia en la Tercera División. Jornadas tan desagradables nos la refiere el señor Aparicio a través de un brevísimo coloquio que sostuvimos sin abandonar el formulario preparado para este trabajo. Por eso nuestra primera pregunta fue:
- ¿Podría esbozarnos, al igual que sus restantes compañeros, la situación del Betis en sus fechas presidenciales? Situación económica y social, se entiende…
- La situación socioeconómica era grave. El número de socios apenas llegaba a los seiscientos, y en cuanto a lo estrictamente económico, siendo el fútbol entonces generalmente deficitario, nuestro club hacía muchos años—yo creo que siempre—venía liquidando los presupuestos mediante aportaciones personales de sus directivos, entre las que hay que destacar, por su cuantía y generosidad, la de mi predecesor de hecho, Eduardo Benjumea. Calcule usted si a todo ello unimos el mazazo que significó y los problemas que creaba el descenso a Tercera División y comprenderá que el momento era grave y el porvenir pavoroso
- ¿Cómo lo dejó?
- Si se medita mi contestación anterior, esta otra pregunta quedaría contestada simplemente con decir que mis compañeros y yo sólo pudimos, después de cinco años, dejar al club viviendo, con lo que, a pesar de todo, nos sentimos satisfechos. Pero debo añadir que, socialmente, incorporé por primera vez a la dirección del club a personas que luego fueron eficaces colaboradores de Manolo Ruiz(q.e.p.d.), y que más tarde, en unión de otras, tuvieron el acierto definitivo de llevar a la presidencia a Benito Villamarín, bajo cuyo mandato, aunque sea obvio, yo quiero personalmente destacar que el club está volviendo a vivir momentos de plenitud: altura social y deportiva, gran equipo, plantel de buenos reservas, refuerzos constantes, etc
- ¿Qué dificultades halló durante su permanencia en el cargo?
- La mayor dificultad fue la falta casi absoluta de colaboración externa que encontraron mis directivas. Por cierto que, pasado el tiempo, debe reconocerse que la trayectoria descendente del club en los años anteriores, apenas interrumpida por el fugaz retorno a Primera División en la temporada 1941-42, pese a los esfuerzos que he citado antes, había quemado a los mejores y hecho cundir el escepticismo, por lo que era humana la postura general
- ¿Éxitos destacados del equipo durante su período?
- Es difícil separar al equipo del club. En aquella época, si por éxitos se deben entender triunfos, no hubo muchos. Lo verdaderamente destacado concerniente al club fue evitar que se produjeran males mayores, tal vez de difícil reparación. Ello no obstante, y en orden exclusivamente al equipo, en la primera temporada de jugar en Tercera lo hicimos en el grupo Norte, logramos seis puntos positivos, que no fueron suficientes para desplazar al Salamanca, y en la última temporada de mi presidencia logramos jugar la liguilla de ascenso, después de una primera fase entre equipos muy potentes, y no ascendimos por eliminarnos el empate múltiple, fruto de incidencias de verdadera mala fortuna
- ¿Qué diferencia técnica, favorable o desfavorable, existe entre los equipos de su época y la actual?
- La diferencia técnica es enorme y naturalmente a favor del equipo actual. ¡Menguados estarían el Betis y el fútbol nacional si fuera al contrario¡ La calidad individual de los jugadores, su dirección, a mi juicio porcentaje fundamental en el valor técnico de un equipo, todo, en suma, justifica la superioridad apuntada