Figuras del Fútbol. Fernando Aramburu
Fernando Aramburu llegó al Betis en 1969, cuando Eusebio Ríos, buen conocedor del fútbol de cantera vasco, recomendó su fichaje al Betis. Jugaba en el Sporting de Luchana, un conjunto modesto de Baracaldo que ese año se estrenaba en la Tercera División.
Esa incipiente carrera futbolística la compaginaba con la vida en el mar. Hijo de un pescador salía a faenar a diario a bordo del pesquero con el que su familia se ganaba la vida.
En febrero de 1974 en el diario Marca, dentro de la sección Figuras del Fútbol que estamos viendo aquí, Fernando Aramburu rememoraba sus comienzos en el mundo del fútbol, su trayectoria desde que llegó al Betis y, por fin, su exitosa llegada al primer equipo bético.
A los dieciséis años andaba en la mar, sin tiempo para entrenar, pero en seguida que desembarcaba acudía a jugar los partidos con el Luchana, si es que me daba tiempo. Muchas veces no tenía otro descanso que el de cambiarme de ropa y acudir al campo. La peor época y en la que me perdía más partidos era por octubre, cuando salíamos a la pesa de bonito. Salir a la mar es un trabajo muy duro, y en el que se gana poco. Yo iba porque el barco era de mi padre y tenía que ayudar. Tengo un hermano mayor y una hermana. De no haber sido por el fútbol, lo normal es que hubiese continuado saliendo a pescar.
Antes de empezar a trabajar, a los quince años, me enrolé en los juveniles del Luchana y llegamos a disputar la final de la fase regional de Vizcaya. También jugué con la selección regional vizcaína. Pese a que no podía entrenar o lo hacía muy poco seguí jugando, y ya en el primer equipo del Luchana tuve la enorme satisfacción de lograr el ascenso a Tercera División. Fue entonces cuando Eusebio Ríos me recomendó al Betis y vine a prueba. Recuerdo que quedaban cuatro jornadas para finalizar la Liga en Tercera División. Me incluyeron en el filial del Betis, que entonces se llamaba Triana Balompié, para que jugase, antes de decidir mi fichaje. Tenía entonces diecinueve años, y a la temporada siguiente, recién cumplidos los veinte años, tuve que marchar a cumplir el servicio militar a El Ferrol del Caudillo, circunstancia por la que me cedieron al equipo de aquella localidad. Cuando volví a la temporada siguiente, sólo quedaban nueve partidos de competición. En esos nueve encuentros metí 7 goles con el Triana.
Debido al servicio militar no había logrado jugar de forma habitual en el Triana, y al iniciarse la competición siguiente Eusebio Ríos, que se encontraba en el Jaén como entrenador, pidió al Betis que me cedieran, y allí me marché. Guardo muy buenos recuerdos de aquella temporada, y quiero dejar constancia de que gran parte de lo que soy se lo debo a Ríos que, además de quitarme de salir a la mar, al recomendarme al Betis, confió en mí como jugador. Con el Jaén jugué todos los partidos de la temporada y fui el segundo máximo goleador del Grupo IV de Tercera División. El primero fue Añil, pero marcó muchos goles de penalti.
Al finalizar la temporada con el Jaén volví de nuevo al Betis, y me quedé en la plantilla. Sin jugar en Segunda División pasé a la máxima categoría. Las cosas no fueron bien para el equipo y descendimos, un poco por mala suerte. En total jugué veintisiete partidos, ocupando todas las posiciones del equipo menos la de portero. Pasé momentos bastante difíciles porque, la verdad, el público confiaba poco en mí, ya que al ir mal las cosas siempre se suelen buscar responsables. Yo jugaba con desconfianza, y por ello rendía mucho menos en nuestro campo que cuando salía fuera. Hice los mejores partidos lejos del Benito Villamarín. Hubo ocasiones en que pensé que fracasaría, y me daban ganas de volverme a casa, pero algunos amigos me animaron. El entrenador, pese a que los aficionados protestaban de mi alineación, siguió poniéndome y tuvo confianza en mí. Szusza, junto con Eusebio Ríos, han sido los que más me han ayudado a consolidarme en el mundo del fútbol.
Como he dicho, la temporada pasada jugué en todos los puestos menos de portero, pero especialmente me alineé como delantero centro y como defensa central. Creo que mi puesto en el equipo es en punta, pero puedo defenderme bien como defensa. Es la conclusión que saqué por las veces que me colocaron en esa demarcación. El primer partido que actué como defensa de cierre fue contra el Oviedo, por sanción de Telechía. Empatamos a cero, y no salí descontento de mi labor. Después fuera hice grandes partidos en esa posición y guardo muy buen recuerdo de dos encuentros que disputamos en Madrid, frente al Real Madrid, en Málaga y en Bilbao, en los que conseguimos empatar. En la defensa es más fácil jugar que delante, pero también se tiene más responsabilidad, ya que cualquier fallo supone un gol, y eso siempre se acusa en el equipo.
Esta temporada todo ha ido mejor para el Betis y también personalmente para mí. El club ha cubierto bien los huecos de la defensa, y desde el principio me ha colocado en la delantera, puesto en el que mejor me desenvuelvo. Al mantenerme en el equipo he podido rendir más a tono con mis posibilidades, y se ha producido también un cambio en los seguidores respecto a mí, lo que supone mucho para cualquier jugador. Ahora no actúo con el miedo que lo hacía anteriormente, y de esa forma se pueden intentar jugadas que nunca salen si uno espera una bronca por cualquier fallo. Recientemente, en el partido frente al Osasuna, tuve que retirarme a causa de una lesión, y el público me ovacionó. Sentí una gran alegría y la confianza de que puedo jugar sin miedo. Aunque estoy satisfecho de la temporada actual, sin embargo creo que no he tenido mucha suerte ante la puerta, y no he marcado los goles que esperaba, aunque lo importante es que el equipo los consiga, y en ese aspecto todo marcha muy bien. Hemos logrado cincuenta y un goles, y en muchos he intervenido. El Betis tiene su mayor fuerza en el conjunto, ya que todos los componentes de la plantilla nos entendemos bien en el campo y salga quien salga cumple con su misión. Esta temporada salgo normalmente con el dorsal número siete, pero no con la misión de extremo nato, ya que cambiamos constantemente las posiciones para eludir los marcajes a que nos pueda someter el contrario.
En cuanto a las cualidades que reúno como jugador creo que no soy el más indicado para decirlas porque sé que aún tengo muchos defectos. Se ha elogiado bastante mi salto de cabeza, que me resulta más fácil por mi estatura pero, respetando el criterio de los demás, estimo que por bajo juego igual que por alto, aunque siempre resulta más espectacular un remate de cabeza que una jugada con los pies. Mi deseo es que las lesiones me respeten para seguir jugando cada domingo, y así poder consagrarme definitivamente, limar defectos y progresar en el juego.
Faltan todavía bastantes jornadas para el final de la Liga, pero muy mal nos tendrían que ir las cosas para que no consiguiéramos el ascenso a Primera División. Será una gran alegría para todos, y para mí particularmente, ya que esta temporada he conseguido afianzarme, después de los malos ratos que pasé en el anterior. Mis aspiraciones son llegar a internacional, aunque sea muy difícil, pero jugando en Primera División creo que existen más posibilidades de que se fijen en uno que estando en la categoría inferior
Fuente: Marca 30 de marzo de 1974