Heliópolis en 1954
Vista de la tribuna de Preferencia el 23 de mayo de 1954 en el último partido que el Betis disputó como local en Tercera División frente al Úbeda, al que derrotó 6-0 con dos goles de Marcos Martín, dos de Del Val y uno de Barinaga y otro de Peñafuerte.
Este fue el día de la «lluvia de puros» en honor del entrenador Francisco Gómez, como ya vimos aquí.
Así iniciaba su crónica en el diario Sevilla Emilio Vara el 24 de mayo de 1954: «¡Día grande en Heliópolis! La hinchada bética ha acudido en masa al Estadio Municipal para tributarle a su equipo el homenaje que merece por el ascenso. Hay pancartas en la tribuna alusivas al triunfo; se oyen comentarios que elogian con calor la gran campaña realizada ; caras de satisfacción por todas partes, alegría, júbilo, entusiasmo. ¡ Es el gran día tan esperado¡ Para el Betis quedan ya atrás sus años difíciles de la Tercera División y comienza la época de su resurgimiento.
Poco antes de comenzar el encuentro entra en el palco presidencial el capitán general de la Región, don Eduardo Sáenz de Buruaga, acompañado del presidente del Club, don Manuel Ruiz y de la Directiva en pleno. Suena entonces la primera gran ovación en honor del ilustre militar y de los directivos del club.
Después, la salida del equipo y, con ella, la apoteosis. Todos los jugadores que integran el cuadro actual del Betis están en el campo, formados ante la tribuna, y el público, de pie, aplaude con todas sus fuerzas y grita lleno de júbilo, testimoniando a los muchachos su reconocimiento y su alegría. Ha salido también Gómez, el buen preparador verdiblanco y para él hay otra enorme ovación acompañada de una lluvia de puros que caen desde todos los sitios de la tribuna y son recogidos por unos chiquillos que van echándolos en cestas que se llenan.
Allí están todos los que han conseguido el ascenso, todos los que han logrado la victoria esperada desde hace siete años, recibiendo el premio a sus esfuerzo. Premio que le ofrece una afición que también merece ser galardonada, porque supo estar al lado de su equipo durante los años difíciles de la Tercera División de una forma tan leal, tan entusiasta y tan íntima, estuvo tan unida al Club en esos momentos críticos de su historia, que gracias a su apoyo, a su estímulo y a su aliento constantes ha sido posible que el Betis venciera en la lucha por ese ascenso que ha llegado. Sin su afición, sin esos miles de seguidores que respaldan al Betis, el Betis no hubiera triunfado como lo ha hecho este año.
El Capitán General y el presidente del club bajan al terreno de juego y estrechan la mano de los jugadores mientras el público sigue aplaudiendo.
El Club Deportivo Alcalá le hace entrega al equipo de un pergamino que recoge la solemnidad del momento y Lolo le hace entrega también de un banderín a Óscar, el capitán, como homenaje de todo el personal subalterno a los jugadores.
Hay lanzamiento de cohetes, suena una traca colocada detrás del marcador simultáneo y siguen las muestras de entusiasmo por esta gran victoria de la vuelta a Segunda División, conseguida con tanto merecimiento y de una forma tan brillante.
¡ Es el día grande tan esperado ¡ El Real Betis Balompié se despide de la Tercera División y vuelve por sus fueros; el Real Betis Balompié comienza con paso firme, seguro, erguido, pletórico de moral y de entusiasmo, y respaldado por su hinchada, el camino de la División de Honor. El Real Betis Balompié pide su sitio al lado de los mejores. Vuelve a ser gente en el fútbol español.»