Juan Belmonte García, delantero centro
Sevilla, jueves 14 de Abril de 1892; Utrera (Sevilla), domingo 08 de Abril de 1962.
«El diestro de la calle Feria nos concedió la prometida entrevista, y acompañados de Álvaro, nos personamos en su casa, cuando hacía muy pocos minutos que acababa de abandonar el «sliping». Belmonte, no se hace esperar; a grandes zancadas se llega hasta nosotros y nos invita a acomodarnos para la tortura del interrogatorio.
–Mira, te adelanto que asisto a los «matchs», de fútbol desde una tarde en que, guiado por mi hermano Manolo, fui a presenciar uno. Desde entonces, contagiado por esa afición que aquejaba a Manolito, suelo asistir a la mayoría de los que se celebren, cualquiera que sea la población donde me halle.
Mi hermano Pepe juega muy bien; tiene mucha idea y actúa allá, en el pueblo, reforzando el equipo, contra otros «tims» de fuerza.
Pero, a pesar de todo, no me pidas detalles de cualquier jugada: Que si «fould»; que si «corner»; que si estaba en «ofside».
¡ Eh ¡ Voy a los campos de juego porque me distraigo y se toma el sol; no porque tenga interés en que gane o pierda determinado Club.
Sin embargo, el momento más de emoción, para mi gusto, es aquel en que se lanzan sobre el portero a rematar un centro, y se encarniza la pelea, entre unos y otros, hasta que el pelotón muere en la red, o sale despejado al medio campo.
Una estirada clásica de Zamora, o Eizaguirre, también me agrada, por el prodigioso estilismo estético que componen en el salto, cuando acuden al encuentro del balón, en una trayectoria ingrávida digna de los mármoles.
El fútbol es un deporte de moda, y deduzco que el arraigo que ha adquirido en Andalucía se deba al temperamento de mis paisanos, predispuestos siempre a todo lo que sea lucha de partidismos, y que se emocionan jaleando a sus ídolos, ya calcen botas de fútbol o vistan refulgencias áureas.
He practicado deportes en los momentos libres que me deja mi profesión y nunca me encontré mejor de forma, como cuando maté… el tiempo en los «courts» de «tennis»: Prefiero este ejercicio porque es un juego suave, rápido, con el que obtengo agilidad, precisión, vista; casi lo mismo que se necesita para los toros.
«Varias actitudes de Juan Belmonte, tenista».-Fotos Álvaro.
A mi juicio, la gente que se entusiasma con los partidos de fútbol es la misma que, más tarde, se refugia en los graderías de los cosos taurinos, para aplaudirnos o rechazarnos. Además, habiendo público para los dos espectáculos, pueden muy bien subsistir sin ayudarse mutuamente.
Hoy creo que la chiquillería es más aficionada al deporte que a jugar al toro, como antaño».
Extractada entrevista efectuada por Juan de Gredos.-La Estampa, Madrid 19280403, martes: «Juan Belmonte habla del fútbol, del tennis y del boxeo».
«En una interviú que un periodista–no sabemos quién: el compañero periodista–ha hecho a Juan Belmonte, éste se ha explayado con él opinando sobre fútbol.
Estaban presentes su hermano Manolo y Villagrán, el gran Villagrán entrenador del Sevilla FbC y el hombre más cordial de Sevilla … y de Madrid. Y el trianero habó así:
–¿Qué deporte exótico, como ha dicho Villagrán, le gusta a usted más?
–El fútbol porque se pone más pasión, más amor propio que en los restantes; porque es el que más cuadra con nuestro temperamento exaltado.
–¿Asiste usted a todos los partidos?
–En Sevilla casi a todos, durante la temporada que paso en mi casa de «La Capitana». También he visto partidos en otros campos españoles y extranjeros, pero confieso que los que más me divierten son aquellos en que juega el Sevilla FbC o el Real Betis Balompié.
El fútbol por ahí fuera será más eficaz, más duro, más a propósito para ganar encuentros de empeño; pero la gracia, la espontaneidad, la belleza sugestiva que imprimen los sevillanos al fútbol, eso no lo tiene ningún otro equipo de por ahí, se llame como se llame y sea campeón en dónde sea.
–¿Ha jugado usted en algún equipo?
–En mi finca de Utrera formamos hace ya tiempo dos equipos bastantes aceptables; pero me convencí de que aquello era ruinoso para mis intereses y disolví el «negocio».
–¿Ruinoso para sus intereses?
–Ruinoso, amigo mío. Fígurese usted como andaríamos de entusiasmos en «La Capitana» con el fútbol, que uno de los años no se pudieron hacer las faenas de siembra. Los obreros de la finca, entusiasmados con el entrenamiento, abandonaban el trabajo, y como yo era el primero en lanzarme a aquella «locura», pues las tierras se quedaron sin arar ni sembrar. ¡¡ Si sigo con la «afición» tengo que liquidar la finca ¡¡
–¿En qué puesto jugaba usted?
–De centro delantero. A mí eso de irme con el balón entre los pies «cara feroche» del portero me entusiasma.
–¿Tira usted bien a goal?
–¡¡ Imponente ¡¡ –interrumpe Villagrán. Con las dos piernas y con la cabeza. Es un hacha delante de la puerta. ¡¡ Palabra ¡¡ Yo-continuó Villagrán–me hice cargo de su entrenamiento en «La Capitana», y no he visto mejor discípulo. Sólo un defecto no pude corregirle: su individualismo. Cada vez que cogía se moría con él entre las piernas y se olvidaba de los compañeros de línea.
–¡¡ Es que los demás eran muy malos ¡¡–exclamó Belmonte.
–¿No tiene usted alguna anécdota que contarnos de su vida futbolística?
–Como es tan corta poco puedo contar.
–¿Y lo de Los Palacios? –interrumpió Manolo Belmonte– ¿No te acuerdas ya?
–Aquello no tuvo nada de particular–añadió Juan–Fue lo siguiente: En Los Palacios se formó un equipo que traía de cabeza a los de los pueblos vecinos, sobretodo a los de Utrera, que perdían por gran diferencia cada vez que jugaban con ellos.
Como mi finca «La Capitana» está en término de Utrera, aquellas derrotas las sentíamos como propias, y decidimos quitarle el tipo a Los Palacios. Le propusimos un encuentro en su propio campo con mi equipo el Capitana FC, que ellos aceptaron enseguida, creyendo que éramos una birria; nos presentamos en el pueblo con un equipo imponente, en el que figuraban Kinké, Herminio, Villagrán, Ocaña, Avilés y otros notables jugadores, y cuando nos apeamos de los automóviles a la puerta del terreno de juego se corrieron las voces y los jugadores de Los Palacios empezaron a escabullirse, encontrándonos con que nuestro enemigo se había dispensado sin atreverse a presentarnos batalla; a todo trance comenzamos a «cazar» a nuestros «enemigos», y uno a uno los fuímos convenciendo y llevando al campo, jugándose al fin el partido. Le dimos una paliza tremenda ¡¡ Yo sólo hice 4 tantos ¡¡ La fama de la Capitana FC corrió como la pólvora; nadie quería jugar con nosotros ¡¡ Era mucho equipo el nuestro ¡¡
–¿Es usted sevillista o balompédico?
–Ni lo uno ni lo otro. Me gustan los dos equipos mucho, y confieso que los encuentros entre el Sevilla y el Balompié son los que más me entusiasman. Cuando no puedo asistir a alguno paso un mal día.
–¿Se emociona usted en los partidos?
–Mucho; más que viendo una corrida de toros. Hay veces que me pongo de pie en el asiento, y en mi afán de seguir la jugada emocionante me bailan las piernas; más de una vez se me han ido sin querer para la «espinilla» del amigo más próximo».
«Una interviú con Juan Belmonte acerca del fútbol».-Fútbol: Belmonte, delantero centro.-Heraldo de Madrid, 19270120, jueves.