RUETE Muniesa, Julián.-Secretario Técnico
Madrid, jueves 27 de enero de 1887; Barcelona, finales de febrero o principio de marzo 1939.
Desde el domingo 23 de febrero de 1930 se encuentra en Sevilla, figura destacada del deporte español, que presidió el Colegio de Árbitros de Madrid, y al Athlétic Club de la Villa y Corte. Viene a posicionarse del cargo de asesor técnico del Real Betis Balompié».
«Las sanciones acordadas contra los jugadores del Real Betis Balompié»:
El secretario técnico del Real Betis, en representación de la Directiva del Club, nos ruega la publicación de la siguiente nota, razonando las sanciones impuestas a los jugadores, que días pasados cometieron una grave falta de disciplina.
No podía el Betis Balompié, Sociedad que se incumbó al calor de un sincero entusiasmo deportivo, soportar el avasallamiento antipático, inoportuno y cruel, de un gesto de indisciplina colectiva.
Jamás el eco del partidismo, la fanática calentura del endiosamiento, la ceguera de los admiradores y el piadoso olvido de actuaciones punibles, fueron motivos de disculpa, y mucho menos de amparo para la rebeldía de unos jugadores, que siempre, siempre recibieron agasajos de la Sociedad, consideraciones de los socios y halagos, atenciones, cariños y rcompensas materiales de los directivos.
¡¡ Desdichada actitud, merecedora de general reprobación, la de los jugadores del Real Betis Balompié ¡¡
Una escueta relación de los hechos bastará a la afición para deducir los comentarios.
Fue unos días antes del último partido de la Liga, cuando los jugadores del Real Betis, en documento firmado, documento inadmisible y antireglamentario, comunicaron al Club su decisión.
No querían estos jugadores, los que tan lucida campaña venían haciendo; los que tantos entusiasmos ponían en el triunfo de su Sociedad, continuar sujetos a las disposiciones reglamentarias y seguir prestando su cooperación, a pretexto de incumplidas obligaciones.
La desconsideración, el desconocimiento de sus deberes y un inexplicable afán de llevar el descrédito a la Sociedad, se juntaron en mala hora para alentar esta monstruosidad.
Provocaron, con esta injusta y aterradora actitud, una situación tan anómala–amargura, generación de ingratitudes, parásitos de cosecha, en la que se empleó buena semilla–, que los dirigentes del Club, percatados de la gravedad de la falta, sortearon de momento, con la discreción que el caso requería.
Acudió el equipo a Vitoria, domingo 30-marzo-1930, 18ª jornada Liga Segunda División-1929/1930, la última contienda del torneo: Club Deportivo Alavés-2 vs. Real Betis Balompié-0; y en tanto se formalizó el expediente.
Más tarde, la Directiva, atenta a la enorme responsabilidad que entrañaba el desafuero, ha sometido el expediente a su deliberación, con el asesoramiento personal de la Comisión de Hacienda.
Y, desprovistos de toda pasión, imperando la equidad y un depurado espíritu de justicia, la reunión compuesta por más de cincuenta personas, discutió, sin acaloramientos, estableció distingos en la falta (inductores, promotores y solidarizados) y llegó, por unaminidad, a la implantación de las siguientes sanciones, que han sido comunicadas a los interesados y sometidas a la aprobación de la superioridad deportiva.
Jugadores:
Andrés Aranda Gutiérrez, Francisco León, José Estévez Alé y Jesús Jiménez Santos, la aplicación de la cláusula cuarta de su contrato.
Jesús Bernáldez Moreno, Juan Rafael Pedrosa Cano, Lorenzo Fernando Tondo, Jesús Alberto Ruiz Medrano, Adolfo Sancho Carrillo de Albornoz, Ángel Astasio Gómez, Enrique Garrido Reguera, Joaquín Solé, Antonio Romero Rodríguez y Manuel Nogueras Carretero, catorce días de suspensión de sueldo.
En cuanto al jugador Antonio Álvarez Benjumea, dada su especial situación, se acordó preguntar a la Federación las sanciones que pudieran imponérsele.
Esto es todo. Hubiera querido la Directiva del Real Betis Balompié haber disculpado esta delicuencia deportiva, pero el profesionalismo ha mitigado los entusiasmos espontáneos de los jugadores y no tiene otro contrapeso que la observancia de la disciplina.
Vulnerar las disposiciones de los Reglamentos y permitir que sea conculcada la legislación futbolística no puede hacerlo el Real Betis Balompié, sin renunciar a su seriedad.
Muy doloroso es tener que aplicar sanciones, pero la afición, que todo lo sacrifica por su equipo favorito, tiene derecho, siquiera sea en estas lamentables circunstancias, a experimentar alguna satisfacción».
«1930-Mayo 05, lunes, se reunió la Federación Regional Sur, para tratar diversos asuntos, y muy principalmente del «caso Betis» en el dichado partido contra el Barcelona, en el Estadio.
Dada la cantidad de asuntos a tratar, no quedó ultimada la reunión, que continuará el martes.
Sobre el asunto del Real Betis Balompié, la Federación ha anunciado que en la tarde del martes 06-mayo-1930 dará una nota a la Prensa».
«Gijón.-Menchaca e Isaac, los dos excelentes camaradas del Colegio, nos aguardan en el estación. Saludos, apretones de manos y la frase obligada por la no muy corriente temperatura:
–Buen tiempo tenéis ¿eh?
–No podemos quejarnos. «Ye» un día muy «guapu»; pero buena falta nos hacía. Treinta y tantas fechas llevamos sin que nos deje el «orbayu» ni un momento–responde Mechaca en su pintoresca charla, salpicada de asturianismos.
Y carretera adelante vamos, hasta llegar a la calle Corrida. En España, toda población que en algo se estime, sea grande o chica, interior o marítima, ha de tener un paseo encargado de concentrar las masas desocupadas por la fiesta. En Coruña son los Cantones; en Burgos, el paseo del Espolón; el Pereda de Santander… Aquí, en Gijón, la calle Corrida está comisionada por las demás para recoger paseantes.
Nos agregamos a los que pasean y comenzamos a imitarles en el arrastre de suelas, hasta que una voz amiga detiene nuestra marcha. Es Julián Ruete, el hombre tan conocido de nuestros públicos.
–¡ Julian ¡ ¿Tú aquí?
–Sí, hombre. Ahora soy Secretario técnico del Real Betis Balompié y he venido acompañando a los muchachos. Venimos mal, muy mal. Nos faltan Manuel Suárez De Begoña, Andrés Aranda Gutiérrez, Pedro Regueiro Pagola y Romerito-Antonio Romero Rodríguez. Pero, en fin, al mal tiempo…
Y nos despedimos de éste hombre que lo fue todo en nuestro fútbol, sin alcanzar la solidez en nada. Federativo, presidente de Club, entrenador, árbitro, seleccionador y no sabemos si hasta periodista». Fuente: «El Heraldo de Madrid»-19300226.-«Crónicas de Pedro Escartín».-«Gijón, su fútbol y sus «chigres».