Se descorre el telón
El domingo 17 de marzo de 1929 se inauguró brillantemente el Stadium de la Exposición, construido con motivo de la Exposición Iberoamericana que se celebró en Sevilla entre el 9 de mayo de 1929 y el 21 de junio de 1930.
Casi dos meses antes del comienzo oficial del certamen tuvo lugar la inauguración del Stadium para lo que se organizó un partido internacional amistoso entre las selecciones de España y Portugal, que fue complementado con otro partido entre las selecciones de Sevilla y Lisboa el 19 de marzo. Mientras que en el primero la selección hispana venció contundentemente por 5 a 0, en el segundo se produjo un empate a 1. En el equipo de la selección sevillana se alinearon 6 jugadores sevillistas (Eizaguirre, Monge, Sedeño, Caballero, Roldán y Bran) y 6 jugadores béticos (Adolfito, Estévez, Alvarez, Carrasco, Enrique y Jesusín).
La prensa de la época destacó el magnífico ambiente de público y la tremenda expectación con que se desarrollaron estos encuentros de inauguración. Como muestra de ello este artículo publicado en El Liberal el 19 de marzo de 1929 titulado «Se descorre el telón»
Primer gran día de la Sevilla grande, de la Sevilla metropolitana de la Exposición Iberoamericana. Inauguración oficial de la soberbia Avenida Reina Victoria. Idem del Stadium. Miles y miles de carruajes y autos. Tarde espléndida. Babilónico bullir de tranvías, camiones y autobuses. Extraordinaria animación por todas partes. En el ambiente se esparce ya el primer efluvio primaveral, el perfume divino y embriagador, cautivante de Sevilla.
Los jardines comienzan a dejar entrever las galas polícromas de sus florestas.
Para muchos, que no habían visitado desde hace tiempo los alrededores de la Palmera, descubresele con asombro una ciudad nueva. El sector Sur, aun visto a distancia, perece un sortilegio de escenografía. Hacia el extremo más meridional todo un pueblo bellísimo de chalets ha surgido también por encanto. Las blancas casitas, diríase, están allí agazapadas como un enjambre de palomas de armiño.
Avenidas y más avenidas amplias, remozadas, luciendo el nuevo exorno de sus esbeltos postes de luz, abren hacia lo lejos las calzadas rectas y relucientes. Palacios, pabellones, de exótica arquitectura surgen entre la verde fronda, ofreciendo a la vista inesperados fondos panorámicos.
¡ Ideal contraste ente la ciudad pletórica de tradición y la ciudad febril que se prepara para la magna y apoteósica eufonía americanista ¡
Faltan muchas pinceladas, detalles importantes, en el grandioso cuadro; pero ya se nota la sensación de los días próximos, de esos días solemnes por los que tanto ha trabajado Sevilla, sin escatimar ninguna clase de esfuerzos y sacrificios.