Trofeo Carranza 1965
En el mes de agosto de 1965 el Betis participó en el Trofeo Carranza gaditano por segunda vez en su historia. Lo hacía como defensor del título brillantemente ganado el verano anterior y que ya tuvimos ocasión de ver aquí.
No obstante, las circunstancias eran radicalmente distintas. El año 1964 el Betis acudía al Carranza después de haberse clasificado en tercera posición en el campeonato liguero y poder disputar por primera vez una competición europea como era la Copa de Ferias. El relevo de Balmanya en el banquillo bético y las bajas de importantes jugadores no fueron bien gestionadas, y los relevos que llegaron, tanto en el banquillo como en el terreno de juego, no estuvieron a la altura esperada, por lo que el equipo fue dando tumbos durante toda la temporada, salvándose de jugar la promoción en la última jornada con un empate agónico en el Nou Camp.
Tras el fracaso del técnico francés Luis Hon fue Ernesto Pons, un técnico de la casa, el encargado de enderezar la temporada y salvar al equipo.
En el verano de 1965 sorpresivamente el entrenador designado fue el brasileño Martim Francisco, que ya había dirigido en España al Athletic a finales de los 50 y al Elche en la temporada anterior.
El Betis comenzó los entrenamientos el 26 de julio, disputándose sólo un partido amistoso con derrota en Jerez, antes del Trofeo Carranza. El trofeo, a disputar el sábado 28 de agosto y el domingo 29, contaba con la participación del Real Zaragoza, Benfica y Flamengo. En esta época el Carranza era la culminación de la temporada veraniega gaditana, como podemos ver en el siguiente anuncio publicitario
Y la afición bética se desplazó en masa a la ciudad gaditana para ver a su equipo, de tal forma que hasta se tuvo que establecer un servicio sanitario de la Cruz Roja en la carretera que unía a ambas poblaciones durante la tarde y noche del sábado y todo el domingo.
El Betis desplazó a Cádiz un total de 18 jugadores: Carmet, Perea Esteve, Grau, Ríos, Aparicio, Paquito, Montaner, Suárez, Girón, Cruz, Pallarés, Ansola, Quino, Rogelio, Lasa, Moreno, Landa y Zacarizo.
La primera semifinal enfrentó a los dos finalistas del año anterior, Betis y Benfica. El equipo verdiblanco, con calzón negro esa tarde, alineó a Perea Esteve; Grau, Ríos, Aparicio; Quino, Montaner; Cruz, Pallarés, Ansola, Rogelio y Zacarizo. El Benfica a Costa Pereira; Cavern, Germano, Cruz; Ferreira Pinto, Raúl; José Augusto, Eusebio, Torres, Coluna y Simoes.
La falta de definición en el ataque produjo la derrota bética por 2 a 1. Después de jugar muy bien en la primera parte, pero sin efectividad ante la puerta por parte de Ansola, en el segundo tiempo se invirtieron las tornas y la máxima estrella lisboeta Eusebio adelantó al Benfica en el minuto 52, haciendo el 2-0 de penalty en el 59, cometido por Grau sobre el mismo Eusebio. En el 88 Rogelio hizo el tanto del honor verdiblanco.

En la otra semifinal el Zaragoza derrotó ampliamente al Flamengo por 3 a 0.
Y ese mismo fue el resultado que el Betis cosechó contra el equipo brasileño en la final de consolación en la tarde del domingo 29 de agosto. Un auténtico descalabro, con un Betis sin ilusión y sin juego. Evaristo en la primera parte, y Amaury y de nuevo Evaristo certificaron la derrota ante los cariocas.
Perea Esteve; Aparicio, Ríos, Paquito; Quino, Montaner; Cruz, Pallarés, Ansola, Rogelio y Zacarizo fue la formación inicial, con los cambios de Landa por Pallarés y Lasa por Rogelio en la segunda parte.
En la gran final el Zaragoza dio la sorpresa y se impuso al gran favorito, el Benfica, por 3 a 2 en un magnífico encuentro de los blanquillos.
El aviso estaba dado, la mala impresión del juego bético y su falta de remate estaban presentes en todos los que vieron las evoluciones del conjunto bético sobre el Carranza. Sólo faltaba una semana para el inicio de la Liga en San Mamés y malos presagios se cernían sobre Heliópolis, Unos malos presagios que desgraciadamente se confirmarían meses después.