108 años de sueño verdiblanco
Hoy, 12 de septiembre, el Real Betis Balompié celebra su 108 aniversario. Más de cien años de historia en los que el club ha pasado por etapas gloriosas y otras llenas de sombras, pero donde la esperanza y el manquepierda siempre reinaron entre aquellos que, como dice el himno, decidieron apiñarse como balas de cañón.
Mucho ha llovido desde que un día como hoy de 1907, un grupo de estudiantes de la Escuela Politécnica funda el Sevilla Balompié. Se trataba de los primeros años de este deporte en nuestro país, pues había empezado a imponerse en la segunda mitad del siglo XIX, de ahí el afán de aquellos estudiantes por evitar el anglicismo football y españolizar este juego a través de la palabra “balompié”.
El Sevilla Balompié fue inscrito el 1 de febrero de 1909. El siguiente año fue importante para el recién nacido club, pues daba sus primeros pasos en el mundo del fútbol, convirtiéndose, además, en el primer vencedor de la Copa de Sevilla. Pero su ascenso progresivo no sólo pasaba por lo futbolístico, pues el equipo creado en 1907 se fusionaría el 6 de diciembre de 1914, y gracias a la participación del conocido como “Papá” Jones, con el Betis Foot-ball Club. Entidad, ésta última, a la que además se le había concedido el título de “Real” un año antes por mediación del por entonces Rey de España, Alfonso XIII.
En 1915 el nuevo equipo que nacía de la fusión de los anteriores cambiaba su denominación y pasaba a llamarse “Real Betis Balompié”. Nombre que ha perdurado hasta nuestros días, y que aunque en un principio se identificara con los colores azul y blanco, pasa al verdiblanco actual en los años 20.
Los comienzos del equipo fueron duros, llegando a rozar la desaparición, aunque siempre supo salir a flote e incluso ganar sus primeros trofeos. En 1928, con la creación de la Liga Nacional de Fútbol, el Betis inicia su participación en la misma en la segunda división. El ascenso no tardó en llegar (1932), ni tampoco lo hizo el primer y único campeonato de Liga de la historia bética, que llegaría a Sevilla un sábado de Feria de 1935 tras la victoria por 0-5 en Santander.
Después de los años en los que el equipo alcanzó la gloria, el Betis volvía a segunda división en plena posguerra, para bajar en el 47 a tercera y mantenerse en esta división durante siete temporadas. Fue entonces, en los peores momentos del club, cuando el beticismo se hizo famoso en toda España por sus ganas y su esperanza a pesar de las adversidades existentes y, además, nacía el lema del “manque pierda” que lo sigue identificando en la actualidad.
Tras quince años recorriendo los campos de segunda y tercera división, el Betis vuelve a primera en 1958. Es entonces cuando comienza una nueva etapa para el equipo, que a pesar de sus ascensos y descensos en repetidas ocasiones, culmina con la consecución de la primera Copa del Rey y el primer, segundo y tercer “Eurobetis” entre los 70 y los 80. Por aquel entonces nacía una de las figuras más admiradas por el beticismo, Rafael Gordillo.
Con la llegada de los años 90, la entidad de La Palmera sufría una importante crisis económica. La afición, como siempre, estuvo a la altura de las circunstancias, y gracias a ella y a la aportación del por aquel entonces vicepresidente económico, Ruiz de Lopera, el club sale victorioso y se reconvierte en Sociedad Anónima Deportiva.
En lo futbolístico, los 90 destacaron por la llegada al banquillo de Serra Ferrer, por el ascenso a primera en 1994 y las históricas temporadas 95/96 y 96/97, donde el equipo alcanzó el tercer y cuarto puesto en la Liga, a lo que se le suma la final perdida ante el FC Barcelona en 1997 en un duelo apasionante y en una época en la que la afición coreaba los nombres de Alfonso y Finidi.
Recién iniciado el siglo XXI, el Betis volvía a descender para volver un año más tarde a primera y clasificarse para la UEFA de nuevo. Aunque fue la temporada 2004/05 y con la vuelta al banquillo de Serra Ferrer, cuando los verdiblancos lograron la mejor temporada de su historia tras alzarse con su segunda Copa del Rey y alcanzar, por primera vez, la clasificación para la Champions. Hay que destacar que en estos primeros años del nuevo siglo nacía futbolísticamente un canterano querido y admirado por la afición, Joaquín, que se convertiría en una de las señas de identidad béticas.
Después de alcanzar una vez más la gloria, un nuevo declive le esperaba a la entidad verdiblanca, que volvía a segunda división el 31 de mayo de 2009. Un hecho que sirvió para que los béticos mostraran de nuevo el amor por sus colores y reclamaran un cambio el 15 de junio de ese mismo año, cuando hasta 65.000 verdiblancos se manifestaron en el corazón de la ciudad.
En medio de problemas judiciales en cuanto a lo institucional se refiere, el Betis vuelve a primera división dos años más tarde e incluso se clasifica para la Europa League, pero de nuevo desciende en 2014, tan sólo tres temporadas después del ascenso.
En el presente año 2015, de nuevo los heliopolitanos consiguen volver a la primera división del fútbol español. Gran culpa del ascenso la tuvo su actual entrenador, Pepe Mel, uno de los más coreados de la historia de la entidad junto a Serra Ferrer.
Ya en nuestros días y recién iniciado un nuevo campeonato de Liga, los béticos tienen un sueño común: no mirar atrás. Los amantes del club verdiblanco, cuyo futuro institucional se resolverá próximamente, quieren que los suyos alcancen la grandeza de otras épocas y, a la vez, olvidar la inestabilidad futbolística mostrada por el equipo en los últimos años.
Una larga historia es la que esconde el Real Betis Balompié tras los 108 años que cumple hoy y también una extensa lista de sentimientos encontrados que siempre han estado presentes en los que llevan el “manquepierda” por bandera. A pesar de las derrotas, el Betis siempre podrá presumir de una victoria eterna, la del cariño de la gente, de los que tienen las treces barras verdiblancas tatuadas en el corazón. Ésos han sido los culpables de que nunca camine sólo durante sus más de cien años historia.
Felicidades Betis. Felicidades béticos.