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¡Oh memoria, enemiga mortal de mi descanso! – Editorial de Manquepierda
Posted On 28 Ene 2020
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Muchos se empeñan en aniquilar al Real Betis. Se equivocan, no hay quién lo mate.
Valga esta primera frase como declaración de intenciones, tanto para quien lo odie, lo tema o para quien lo ame. Pase lo que pase, caigan las instituciones que caigan, el Real Betis seguirá. Deberían rendirse los diferentes estamentos sociales, periodísticos, arbitrales y oficiales, y que dejen que nos desarrollemos y crezcamos como merecemos porque no podrán con el alma de este club, que tiene mucho que ver con el amor incondicional.
Sigo enfadado, molesto, enrabietado y dolido como cualquier ser humano que siente en sus propias carnes que una injusticia grande ha sido perpetrada contra los que quiere. Mi corazón, como el de un millón de personas en el mundo, está con el Real Betis Balompié y lo sucedido este fin de semana con los árbitros y el VAR no tiene palabras, pero si tuviéramos que decir algo con suavidad sería deleznable, bochornoso, impropio esta liga que se hace llamar la mejor del mundo, pero que no es ni la tercera o cuarta competición por la falta de justicia y equidad, o lo que es lo mismo, por la corrupción existente en todos sus estamentos. Podría extenderme en detalles de lo que pasó el domingo en el Coliseo Alfonso Pérez. Pero existen muchos artículos, reacciones en redes, vídeos que muestran el robo y el escarnio al que nos sometieron.
Es un hecho, el estamento arbitral está actuando según intereses personales y perjudicando a uno o a otro según criterios subjetivos que nada tienen que ver con la deportividad y la imparcialidad que se les presupone y exige. No soy experto en leyes, pero estoy convencido de que el continuo atraco a base de decisiones erróneas más que evidentes y los premios que están recibiendo los sujetos que las aplican tienen que tener algún tipo de responsabilidad civil o quizás hasta criminal. Pero no soy experto para asegurar nada.
¡Oh memoria, enemiga mortal de mi descanso! Así reza una maravillosa frase de la mejor novela española de todos los tiempos. Don Quijote de la Mancha, ese peculiar hidalgo que sin tener nada todo lo quiso y se estrellaba una y otra vez contra molinos de vientos y otras adversidades típicas de un caballero andante en una época en la que no existían ya los caballeros. Cervantes predijo sin saber con esta frase la revolución tecnológica e informática que llegaría cinco siglos después. Y es la memoria, precisamente lo que suele fallarnos a los aficionados, una memoria que se esfuma ligeramente con la siguiente victoria del equipo. Pero que hoy en día las redes mantienen intacta con el paso de los tiempos.
Y será la memoria digital, la que queda almacenada en miles de servidores alrededor del mundo, la que no se vaya con la ilusión de los 3 puntos siguientes en juego. Hay que ser muy torpe para no darse cuenta de que los robos en público quedan grabados para siempre. Hubo un estudio de psicoanalistas sobre la capacidad de los médicos en la Alemania nazi de justificar sus acciones, las acciones horrendas que todos conocemos y que eran justo las contrarias para lo que habían estudiado, salvar vidas. Se descubrió que la conciencia era capaz de darle la vuelta a la verdad para aceptarse a si mismo cometiendo atrocidades y justificarlas en un bien mayor. Algo parecido, salvando las distancias, debe pasar por la cabeza del estamento arbitral cuando permiten una agresión como la de Ángel a Canales, o que la agresividad de Damián Suarez se vea recompensada sin ninguna amonestación.
Supongo, porque nunca sabe uno la verdad, verdadera, que los intereses de los de arriba, o simplemente los personales o inducidos por personas cercanas, le hará creer a ese arbitro sin principios morales que estaba haciendo lo correcto. Pero todo queda grabado, Eduardo Prieto Iglesias, estará para siempre en las redes como un arbitro ignominioso, sin honor ni respeto por el fútbol. En el futuro se le recordará por ganarse el pan permitiendo que otros seres humanos se saltaran las reglas y agredieran poniendo en peligro la integridad física a chicos jóvenes que se dedican a jugar al fútbol. Se le recordará porque destrozó con ahínco y chulería las ilusiones de los equipos que le tocaba perjudicar. Un arbitro que quedará para la historia como parcial, injusto, mal profesional del arbitraje, por mucho que sus jefes le den la palmada a la espalda. El vídeo y la imagen de Ángel propinando un puñetazo a Canales quedará para siempre en las redes para recordarle a toda su estirpe que su padre, abuelo, hermano, tío, hijo, era un mal profesional.
Antes de internet y el VAR la memoria se podía falsear fácilmente con el típico “los árbitros son humanos, tienen errores”. Una postura que siempre defendí aunque año tras año el equipo más perjudicado por los arbitrajes casi siempre fuera el mismo pero hoy con el VAR, esa postura es indefendible. Porque a la mala praxis de Prieto Iglesias se suma la incomprensible, probablemente a propósito, actitud de Gonzalez Fuertes que ve el partido en un sillón tranquilo, tras múltiples pantallas y repeticiones que dejaban claramente en evidencia la injusticia que se estaba haciendo con el equipo verdiblanco. Pero todo queda grabado.
Es esta memoria, la que ignoran los que hoy ríen bañados en el oro que los aficionados al deporte le hemos entregado, inconscientes que somos de lo que estamos generando, la que algún día pesará como una losa. Es esta memoria la que vendrá esperamos un día a rescatar a aquellos que amamos el deporte, la justicia y el premio al esfuerzo la que caerá como un yunque sobre los que creen que controlan el devenir del fútbol a dedo como los antiguos/nuevos fascistas.
Y sirva precisamente esa memoria, el hecho de que todo quede registrado lo que me lleva a la segunda parte de esta editorial. Los aficionados en general no tenemos la memoria colectiva que debemos tener, y no hablo sólo del Real Betis, sino en general. El fútbol español está atravesando una crisis desde la llegada del ojo que todo lo ve por una conciencia cristalina y evidente de la falta de justicia. No sólo contra los grandes, sino en cada partido sale un equipo gravemente perjudicado por el mal uso de los medios tecnológicos. El VAR no es el culpable, es una gran solución. El culpable son los viejos hábitos, los favores entre colegas, por ejemplo el hecho de que Mejuto González un ex arbitro famoso (“Rafa no me jodas”) sea el delegado del Getafe. Los intereses ocultos, los poderes económicos mueven el destino del fútbol y quien lo sufre eres tú, seas del equipo que seas y soy yo, que soy del Real Betis Balompié. Pero mientras la “suerte” sonría a tu equipo y no al rival, todos contentos. Y soltamos frases tipos, “al campo se viene llorados”. En vez de ser solidarios con las injusticias del otro y apoyarnos mutuamente.
Creo y siempre creeré en la unión de seres humanos que luchen por un bien común, en España, sin irnos más lejos, tenemos problemas muchos más importantes que el fútbol, en los que nos deberíamos unir y no lo hacemos. De hecho el fútbol, que era un deporte hasta que se convirtió en un simple producto económico con réditos cuantificables, era sólo eso, un deporte. Hoy el fútbol está en auge económico y en clara decadencia deportiva. Está cerca, muy cerca del abismo, y somos nosotros, los aficionados del Real Betis, o de la Real Sociedad, o los del Español, Leganes, Celta y demás equipos de primera que no tienen a ex árbitros contratados, o presupuestos gigantescos los que vamos a sufrir las jugarretas que las organizaciones económicas y clientelares del fútbol español quieran gastarnos.
Hay soluciones, pero no hay voz unificada. Mientras pensemos que la solución es ser poderosos y que jodan a otros, porque no hay poderosos para todos los equipos, y no es de justicia ver a seres humanos destrozados porque un pequeño grupo de personas tengan interés en que unos vayan hacía arriba y otros hacía abajo. Al menos, nos queda la memoria, la memoria digital, que todo lo guarda y que con el tiempo sabrá acusar a quien tenga que acusar. Mientras tanto. Qué viva el deporte y musho Betis, MANQUEPIERDA.
Noticia por Selu Vega
Bético de nacimiento, vocación y pasión. Desde Manquepierda intento acercarme a cada bético que puebla el mundo. Director del grupo Manquepierda.com. Si tienes alguna sugerencia o queja, conmigo puedes hablar. Vivo en Canarias pero tengo el corazón instalado en Heliópolis.