Entrevista Alfredo Megido 1977
Alfredo Megido llegó al Betis en septiembre de 1976, cuando la temporada ya llevaba 3 semanas de competición. Lo hizo procedente del Granada, en donde en su última temporada había tenido muchos problemas de carácter disciplinario, y que se agravaron cuando a este club llegó el nuevo entrenador, Héctor Núñez.
También, en su época anterior en el Sporting de Gijón, tuvo problemas con el cuerpo técnico encabezado por Mariano Moreno. Su carácter difícil le acarreó frecuentes enfrentamientos, lo que también le pasaría en el Betis con Rafael Iriondo.
Esta entrevista publicada en AS en marzo de 1977 corresponde a un momento dulce en la estancia de Alfredo Megido en el Real Betis Balompié. Una época que se inició a comienzos de febrero de 1977 y que se prolongó hasta final de la temporada en junio, teniendo su culminación en la final de la Copa contra el Athletic. Posiblemente la mejor época de Megido como verdiblanco. A la vuelta del verano comenzarían de nuevos los problemas disciplinarios.
Tiene fama de hombre díscolo. Y hay que hablar con él unos segundos tan sólo para darse cuenta de que no es más que la fachada, porque anida en Alfredo Megido un alma juvenil, un hombre sencillo y cordial, aunque tal vez un poco receloso, porque ha sido objeto de erróneas interpretaciones y teme que vuelva a suceder.
Con su cabello crecido y ensortijado y su bigote, Megido, en la calle, parece la estampa del moderno “play-boy”. Este sevillano-astur ha calado ya en la afición sevillana y entre los béticos es ídolo, porque su juego lleva en sí la esencia de ese fútbol de la escuela sevillana.
Alfredo Megido Sánchez nació en el pueblo sevillano de Peñaflor el 2 de octubre de 1952, por lo que tiene en la actualidad 24 años.
– Sí, yo nací en la provincia de Sevilla, pero mis padres son asturianos. Trabajaba mi padre en Peñaflor cuando yo nací, y apenas tenía un año cuando se trasladaron a Avilés.
– ¿Cómo empezó para ti el gusanillo del fútbol?
– En el colegio salesiano de Avilés, donde estudiaba. Pasé enseguida a los infantiles del Ensidesa. Luego fui cedido un año al Deportivo gijonés, en Regional, y a la siguiente temporada jugué ya con el Ensidesa en Tercera División.
– ¿Tu pase al Sporting?
– A la temporada siguiente. Nada más comenzar me llamaron del Sporting de Gijón. Yo tenía entonces dieciocho años y dirigía al Sporting Luis Cid Carriega. Recuerdo que para mí fue una temporada espléndida, llena de gratos recuerdos.
– ¿Recuerdas cuándo debutaste?
– Pues sí. Fue en Sabadell y ganamos por dos a cero. Aquella temporada la jugué casi toda como titular, con el nueve a la espalda, mientras que Quini llevaba el ocho. Después actué de extremo izquierdo.
– ¿Tu primer partido en Sevilla?
– Fue en el Sánchez Pizjuán, frente al Sevilla. Perdió el Sporting por tres a uno, y nos adelantamos en el marcador con un gol que marqué yo. En el equipo asturiano estuve cuatro años; los primeros con Carriega, después ya cambió todo…
– ¿Entonces fue tu época de internacional?
– Claro. Sonaba entonces fuerte, pese a mi juventud. Jugué con la selección B y con la sub 23; siete veces con los olímpicos y una con la selección A, en Valencia, frente a Escocia, en partido en el que yo marqué precisamente el tanto del empate. Después, nada…
– ¿Por qué no has vuelto a ser convocado?
– No lo sé. No sé a qué se ha debido el no llamarme más Kubala. Por lo visto, caí en desgracia
En aquellos tiempos de Megido en el Sporting se habló de que sería traspasado a varios clubs. Sonaron el Atlético de Madrid, el Real Madrid e incluso también el Sevilla. Pero fue el Granada el que se lo llevó a sus filas. Pesaba en la fama de Megido cierto mal ambiente. Se decía que era un jugador problema, polémico, indisciplinado. No le gusta a Alfredo Megido que se lo recordemos, pero lo acepta. Y dice:
– Ha sido una leyenda negra que ahora, afortunadamente, va disipándose. Quizá se debió a mi carácter un poco duro o seco. Pero todo arrancó en esa etapa mía, cuando se marchó Carriega del Sporting. Ocurrió todo ello cuando no contaba hasta tres antes de contestar.
– ¿Alguien especialmente contribuyó a ello…?
– No. No me gusta remover en el pasado. Sólo puedo decir que Carriega me dio la mano y le respondí como debía… Luego alguien no me entendió y era una etapa muy difícil para mí, en la que estaba empezando y necesitaba comprensión y ayuda más que el rigor de un castigo detrás de otro. Pero… ¿yo hombre polémico? ¡ Qué va ¡
– ¿Qué pasó en el Granada con Miguel Muñoz?
– Lo del Granada fue de auténtica pena. Se hizo una buena primera vuelta y después nos hundimos. Yo creo que nos confiamos demasiado, pues en seis partidos al final teníamos que conseguir tres puntos y nos confiamos. Pero Miguel Muñoz trabajó mucho, con fe y entusiasmo y alguna vez se la hará justicia. Creo que los que no le respondimos fuimos nosotros, los jugadores, que fuimos malos profesionales.
– ¿Viniste al Betis con ilusión?
– Claro que sí. Y sigo con la misma ilusión. He sido bien recibido por los compañeros y por la afición. No tuve suerte de entrada, pues no venía en buenas condiciones, y después una gripe me dejó muy debilitado. En suma, que hasta hace poco no me encontré en condiciones de rendir plenamente. Ahora ya sí…
– ¿No te has mostrado contrariado con ser jugador de los segundos tiempos o de banquillo?
– Pienso que a todo profesional le gusta jugar, y salir en frío al final de los partidos no le debe satisfacer a nadie, y menos aún consumir banquillo. Uno está para jugar como todos los demás.
– ¿Y has tenido que cambiar tu forma, tu estilo, tu concepción futbolística para ser titular?
– Bueno, en realidad estoy corriendo más que nunca. Aunque esto no es mi fuerte, no me importa si con ello me hago con un puesto en el equipo. Pero me interesa insistir en que en el fútbol hay que saber correr y también jugar.
– ¿Cuántos entrenadores a lo largo de tu vida futbolística?
– Muchos. Verá: Jesús Barrios, Carriega, Mariano Moreno, Pasieguito, Miguel Muñoz, Héctor Núñez, Ferenc Szusza, Rafa Iriondo…
– ¿Con todos bien?
– Con casi todos bien…
– ¿Se han cumplido deportivamente tus sueños? ¿Primera División, equipo nacional, buenos contratos, etc?
– Yo creo que en la vida de un jugador el balance ha de hacerse en el aspecto deportivo. Y deportivamente, la verdad es que no tuve suerte antes, pues, tanto en el Sporting como en el Granada, hubo que jugar siempre bajo la tensión y la amenaza de no descender
– ¿En el Betis?
– Bueno, lo del Betis es distinto. En realidad, cuando yo vine ya tenía algún negativo. Después no ha tenido la suficiente serenidad para soltarlos y poder dar rienda suelta al juego que, indudablemente, lleva dentro el equipo. Pero cuando yo he venido al Betis lo he hecho consciente de jugar, por fin, en un equipo sin problemas clasificatorios.
Este es Alfredo Megido, encajado ya en el ambiente sevillano, aupado en la consideración de los aficionados, que ven en él a un jugador de muchos quilates. Porque Megido está, sin duda alguna, en el camino del éxito.
Fuente: Justo Andrés en AS 18 de marzo de 1977