Entrevista Gregorio Conejo 2005
Gregorio Conejo Muñoz del Toro estuvo vinculado a las directivas del Real Betis Balompié desde la década de los años 80, y siempre estuvo especial predilección por la labor de relaciones públicas.
De abril de 2005 es esta entrevista publicada en ABC y en la que, en clave de humor, se repasan múltiples vivencias del pasado y se comenta la actualidad del rabioso presente, marcada por la polémica derivada de la portada de Feria de ese año 2005.
De niño vivió en la calle Castilla y luego en la Puerta Jerez. Policías de paisano lo multaban por jugar al fútbol en la Casa de la Moneda, que estaba prohibido
Asegura que quien lo hizo bético fue Benito Villamarín Prieto, al que esperaba todos los domingos en la puerta del Estadio para que lo colara.
Empezó a vender maquinaria con 15 o 16 años y calcula que, a cien por año, llevará vendidas unas cinco mil hormigoneras.
Sostiene que nunca ha conspirado contra el eterno rival, donde tiene grandes amigos, y que, «aunque a Lopera le encaloman estas cosas», el presidente bético se enteró de lo del medallón de la portada cuando ya estaba todo hecho.
-Así que el rey-don-San-Fernando, como dijo Silvio, era del Betis… ¿no es eso?
-No hay duda. Figura en la urna del rey Santo en la Catedral.
-¿No pretenderá que me crea que no ha tenido usted nada que ver con lo del medallón de la portada?
-No, se lo juro. El pintor me llamó para decirme que lo quería haber hecho un poco mayor, pero que se le hizo de día y tuvo que salir pitando. (risas)
-¿No han pagado ni un «lerio» por ese trabajito fino de la insurgencia beticista?
-No, pero ese tío debería hacer el saque de honor del derbi, por aquello del hermanamiento.
-Cite algunos nombres rutilantes a los que convirtió en «criaturitas»…
–Julio Iglesias, Carlos Cano, Alejandro Sanz, Ortega Cano…
-En cambio, Elton John se le escapó, supongo que por su declarado amor al rojo y blanco del Manchester United…
-Se me escapó dos veces, una aquí y otra en Londres. Un fornido guardaespaldas me lo impidió. Aún no he dimitido de dicho propósito.
-Al hijo de la Pantoja lo hizo socio antes de nacer. Un récord, ¿no?
-Sí, pero se me ha hecho un poquito «palangana». Al hijo de Carlos Herrera lo conocí media hora antes que él, porque la matrona me dio el chivatazo y lo hice socio y accionista mientras él estaba todavía en la sala de espera.
-¿Quién fue el guasa que se inventó que la casa Kodak fabricaba los rollos con la cara suya incorporada?
-No podía ser otro: Rafael Gordillo Vázquez. Los béticos saben de quién hablo.
-Por cierto, ¿dónde se estudia para tener esa habilidad suya?
-Como decía el inolvidable Paco Gandía, «mi padre no me dio carrera, sino un paseíto». Lo principal es ser soltero, porque te deja tiempo para todo.
-He repasado el ranking de los más retratados del siglo XX: el primer puesto es para Marilyn Monroe; el segundo, para Ana Obregón, y el tercero se lo disputa usted al Papa… ¿le parece honroso o aspira a más?
-(risas) Es un honor ese tercer puesto. El cardenal Carlos Amigo me contó que el otro día le dijo a una monja de Olivares que Dios está en todas partes…, pero que Gregorio ya había estado allí. (risas)
-¿Dejó de salir de nazareno por cuestión de edad o fue por ahorrar en capirotes?
-Casi siempre salí de penitente, no sólo por ahorrar, aunque Gandía me dijo: «Gregorio, como se te olvide algo es para matarte». (risas)
-¿A qué edad llegó a Sevilla?
-Vine casi a gatas, al morir mi madre, con unos tíos. Nací en Málaga, pero me tienen que enterrar aquí.
-«Conejo» de apellido y con nueve hermanos habría su guasita en el colegio, ¿no?
-Bastante, sí, sobre todo porque mi segundo apellido es… ¡Toro! En el San Isidoro de Mateos Gago tuve un profesor, Laureano Toro Figueroa, que me llamaba «el domador». Yo le compraba el tabaco de contrabando.
-Antes de la Expo supongo que se pondría las botas vendiendo hormigoneras…
-¡Y hasta traje nuevo! Se vendía todo. Y, además, se cobraba. (risas)
-¿Quién era aquel tipo al que le vendió una hormigonera para hacer sangría?
-A uno de Zaragoza, para su caseta de la Feria, de 200 litros. A su vez, él le vendía maquinaria agrícola a Cuba y a través suyo le mandé a Fidel dos platos, uno con el escudo del Betis, porque colecciona platos. Me enviaron una foto de Fidel posando con los dos platos y una carta de agradecimiento.
-¿Algún otro caso tan singular?
-Una empresa me compró una de 300 litros para mezclar las pipas y la sal. Así, de una pasada le suministraban a 300 cines de verano.
-¿Seguirá de soltero de oro o este siglo ya toca?
-Mi soledad me la he buscado. Ahora no sería soltero de oro, sino de cartón-piedra.
-Fue usted medio cuñado de Camarón de la Isla…
-¿Y usted cómo sabe eso…? Sí, tuve una relación con una famosa bailaora que trabajaba en Las Brujas, y su hermana, también bailaora, salía con Camarón, que estaba entonces en Torres Bermejas. Pasamos juntos unos ratos memorables.
-¿Cuál es el argumento más frecuente de las mujeres para romper una relación con Gregorio Conejo?
-Que le dedico más tiempo al Betis que a ellas. Algo más habrá, pero lo que dicen es eso.
-De los cinco presidentes con los que estuvo, ¿cuál disfrutaba más del fútbol?
-Estuve con Mauduit, Retamero, Pepe León, Hugo Galera y Lopera I y II, como «La guerra de las galaxias»… (risas) El que más disfrutaba, creo, Pepe León, y el que lo vive con más pasión, Lopera.
-¿Cuál fue el jugador más díscolo que ha tenido el Betis?
-Tengo dudas entre Ladinzsky, que vivía de noche, aunque luego en el campo era un figura, y el otro Oliveira que tuvimos, el cual se iba todas las noches después de entrenar a Portugal y volvía a la mañana siguiente con los ojos como al que se le ha escapado un palomo.
-Gordillo era de los traviesos, pero se lo sabía hacer perdonar…
-Y además era un poco ratero. Fuimos una vez a ver a Michel a su casa y éste tuvo que mandar al guarda de la urbanización a buscarnos, porque Rafael se había llevado en los bolsillos todos los ceniceros de plata de la casa. (risas)
-¿Qué países visitó con el Betis?
-Muchos, pero recuerdo una visita a Rumanía para jugar con el Universidad de Craiova. Nos lo confiscaron todo, nos devolvieron la comida un día más tarde y no nos dejaron entrenar en el estadio. Tuvimos que irnos a un parque de Bucarest. Allí se presentó el hijo de Ceaucescu, que era ministro de Deportes. Luego apareció su padre, el Conducator. Con el tiempo, creo que ambos lo pasaron allí un poquito malamente.
-¿Qué extranjero le cogió más rápido el aire a la ciudad: Ladinzsky, Mühren, Calderón, Hadzibegic…?
-El paraguayo Mendieta. Al segundo día ya tenía cuatro chavalas en la puerta esperándolo. Rogelio se extrañó mucho y Mendieta le dijo que su padre, con 64 años, comiendo carne de mono, hacía el amor cuatro veces al día. Rogelio le contestó: «Pues no cuentes eso aquí porque va a valer un mono más que un cortijo». (risas)
-Rogelio, Del Sol, Biosca, Bizcocho, Alabanda, Cardeñosa, Gordillo… ¿Cuál es el mejor capitán que tuvo el equipo?
-Todos capitanes generales y han llevado el cargo con verdadero sentimiento, aunque el más emblemático quizás sea Gordillo.
-Dani Alves y Renato vestidos de corto. ¿Se le adelantaron?
-Tal vez se retrasaron los míos. Nada que objetar porque, además, incluso a un bulto lo vistes de flamenco y lo confunden con Ángel Peralta rejoneando. (risas)