Entrevista Sabino Barinaga 1959
Sabino Barinaga fue jugador del Betis ya en su última etapa como futbolista. El 3 de abril de 1955 en el estadio de Los Cármenes se despedía del fútbol activo en un Granada 3 Betis 1 de la penúltima jornada del Campeonato de Liga de Segunda División. Un mes después debuta como entrenador bético en la Copa Andalucía, un campeonato en forma de liguilla organizado por la Federación Andaluza con la participación de Jerez, San Fernando, Algeciras, Jaén, Málaga y Betis y que se disputó en los meses de mayo y junio de 1955, aunque lo hizo sólo provisionalmente, hasta que Pepe Valera, elegido por Villamarín para dirigir el equipo en la temporada 1955-56, se hace cargo de la preparación en los cuatro últimos encuentros.
Barinaga durante los dos años siguientes se prepara para conseguir el título nacional de entrenador y en 1957 debuta en Primera División con el Osasuna. Con el conjunto navarro realiza dos magníficas campañas, clasificándolo en la posición 5ª y 8ª. Al término de la temporada 1958-59 es el Betis quien lo llama para dirigir al equipo en los amistosos finales con los que en junio se pone fin a la temporada (encuentros frente al Sporting de Portugal, Elche, Recreativo de Huelva, Vasco de Gama y Santos).
Barinaga parece ser el elegido para dirigir al Betis en la temporada 1959-60, pero las cosas cambian y ya en julio se contacta con un técnico brasileño, Zezé Moreira, padre del jugador bético Wilson Moreira, que había dirigido a la selección brasileña en el Mundial de 1954. Las gestiones no fructifican y el encargado de dirigir al Betis será el uruguayo Enrique Fernández, procedente del Sporting lisboeta. Barinaga queda en la recámara, en la secretaría del club, aunque a comienzos de diciembre los papeles se invierten y pasa a dirigir el banquillo verdiblanco ante las malas sensaciones que daba el equipo.
La entrevista que hoy traemos se publicó en el diario Sevilla el 5 de junio de 1959 a cargo del periodista Emilio Vara, cuando todo parecía indicar que sería Barinaga el próximo entrenador.
Anoche, momentos antes de que empezara el partido entre el Toulouse y el combinado Sevilla-Betis, llegó Barinaga a nuestra ciudad y se dirigió directamente al estadio Sánchez-Pizjuán. Fue allí donde vi y saludé al nuevo entrenador bético durante el descanso del encuentro y luego vimos juntos todo el segundo tiempo, aprovechando los momentos en que se paraba el juego para hablar y hacer este reportaje.
Huelga decir que Barinaga está encantado con ser de nuevo el entrenador del Betis. Yo anoche, al hablar con él, recordaba interiormente cuando fui a verlo la primera vez que vino al club verdiblanco para defender entonces sus colores como jugador. Barinaga, en aquella fecha—temporada 1953-54—era una figura de Primera División que venía a jugar en un Betis que se encontraba en Tercera. Y fueron varios los que, no conociéndole bien, creyeron que Barinaga sería en el Betis un jugador que se limitaría a vivir de la renta de su prestigio. Pero los que así pensaron se dieron cuenta en seguida de su error al ver a un Barinaga luchando en los campos duros y difíciles de Tercera División con el mismo ímpetu, el mismo entusiasmo y el mismo coraje del muchacho que empieza y juega y batalla con la ilusión de triunfar. Barinaga, que ha sido siempre un ejemplo de dignidad profesional, dio en aquella ocasión la gran lección de sudar todas las tardes la camiseta y pelear con todas sus fuerzas para contribuir a los éxitos del Betis. Y a su magnífica labor personal, a su gran rendimiento en todos los campos, se debió en una parte muy considerable que el Betis consiguiera aquella temporada el deseado ascenso a la Segunda División.
Despué de aquel éxito, Barinaga siguió en el Betis y en el club verdiblanco terminó su vida como jugador. Aquí, en Heliópolis, colgó sus botas para hacerse cargo del equipo como entrenador durante varias jornadas. Finalizado su contrato, se marchó, prosiguiendo su carrera de preparador hasta consagrarse como tal al frente del Osasuna, cuyo conjunto ha dirigido durante las dos últimas temporadas, logrando que el equipo navarro terminara bien clasificado las dos veces, que era su objetivo.
Y ahora, tras su experiencia en el Osasuna—un Osasuna que bajo la dirección de Barinaga ha sido un conjunto con juego y con fuerza—de nuevo en el Betis con la ilusión y el propósito de conseguir para el club verdiblanco los mayores éxitos.
Anoche, cuando le pregunte qué sentía al encontrarse otra vez en el Betis, en esta ocasión como entrenador del club en Primera División, me dijo:
- Creo que no tengo que decir que estoy muy contento y que me siento muy satisfecho. Yo consagré al Betis mis últimos tiempos de jugador y ahora vengo a ofrecerle mis conocimientos como entrenador. Yo no olvido las innumerables atenciones que tuvo conmigo la afición bética durante mi primera época en el club, el cariño con el que me trató siempre, y vuelvo al Betis con el deseo de corresponder a aquellas muestras de afecto, dispuesto a trabajar con todo mi entusiasmo para que el equipo continúe en la línea triunfal que ha iniciado
- Tú sabes, Sabino, que el Betis no es equipo de zona templada. El Betis, por su historial y por su solera, y por la afición que le sigue, es un club siempre de máximas aspiraciones. Ahora, conseguido el ascenso a Primera División y consolidado el equipo en ella, el objetivo del Betis es volver a ser campeón de Liga. La meta se alcanzará dentro de un año, de dos o de tres, pero ése es el objetivo
- Lo sé, y aunque la empresa es difícil no me asusta y vengo con el deseo de contribuir al logro de ese gran triunfo. Reconozco que ser entrenador del Betis implica una gran responsabilidad por las aspiraciones del club verdiblanco, y lo único que puedo decir en estos momentos es que pondré todo mi empeño y toda mi voluntad para corresponder a la confianza que se va a depositar en mí
- ¿Cómo ves al Betis que vas a dirigir?
- Con una gran personalidad. Esto es lo más importante que ha conseguido el Betis en el primer año de su reaparición en Primera División. Hizo en la Liga una magnífica campaña, luchó siempre con un admirable espíritu de equipo y demostró que es un club con solera que sabe responder a su brillante historial. Hoy tiene buenos jugadores y una personalidad indiscutible que hace que sea uno de los conjuntos punteros del fútbol español. Habrá que reforzar algunos puestos, qué duda cabe, pero lo importante es que hay un armazón de equipo. Un buen armazón de equipo
- Ya que hablas de reforzar supongo que traerás en cartera algunos nombres que indicarás a la directiva…
- Sí, tengo algunos nombres, pero…lo difícil está en que podamos conseguirlos. Si la directiva lo cree oportuno se iniciarán las gestiones pertinentes. Ahora, lo que no puedo garantizar es el éxito de las mismas. Porque ya sabes tú cómo está el fútbol español hoy. Hay poco material y el club que tiene buenos jugadores no los suelta. Pero, en fin, por intentar no se pierde nada
- ¿Qué opinas de Del Sol, Sabino, ese gran jugador que vas a tener a tus órdenes?
- Del Sol es un superclase
- ¿No crees tú que es quizás uno de los mejores jugadores de Europa
- Sí, desde luego, es una gran figura de talla mundial. Ahora, lo importante es que Del Sol no pierda nunca ese enorme sentido de responsabilidad que tiene ahora y que juegue siempre sabiendo lo que significa su rendimiento para el equipo. Porque si Del Sol es admirable por su clase no lo es menos por el ímpetu y coraje con que lucha en el campo. Y ese ímpetu y coraje es el que no debe faltarle nunca por muy alto que llegue
- ¿Cuándo te hacer cargo del equipo?
- El viernes. Pero por ahora voy a limitarme sólo a ver y observar. Quiero que los partidos que quedan el Betis siga jugando a su aire
- Creo que tenías proposiciones de otros clubs, ¿no?
- Sí. Querían contratarme el Oviedo, el Córdoba, el Levante… Pero llegó el Betis y…
- ¿Deseas decir algo a la afición?
- Sí. Que le envío un saludo cariñoso y que procuraré corresponder a sus atenciones. Vengo con mucha ilusión y con muchas ganas de trabajar, y lo único que pido es que la Macarena me eche una manita
- Mucha suerte, Sabino