Coliseum Alfonso Pérez Muñoz, un estadio para un mito… del Betis

Peña Bética Torrejón de Ardoz en Getafe
Entre los nombres de estadios predominan los de Presidentes. Lo habitual es, que a la hora de bautizarlos, se escoja para la posteridad el de mandatarios muy señalados o, si acaso, el de la zona donde se encuentren. En algunos casos se ha usado el de jugadores que hayan vestido la zamarra del titular y, desde hace algunos años, determinadas marcas comerciales se han apropiado de la denominación que señala donde habitan las escuadras.
Lo que no es nada normal es lo del equipo que rinde visita a Heliópolis esta jornada. Su terreno de juego no se dedicó ni al barrio donde se asienta, ni a un directivo especial, ni siquiera a un futbolista histórico. El Getafe C. F. hace de local -como se sabrá- en el Alfonso Pérez Muñoz, mito del Betis que jamás jugó de azulón, no se enfrentó a lo largo de su carrera a este club del sur de Madrid y, en el colmo de lo curioso, nunca puso sus botas blancas en un césped, por donde han pasado estrellas del balompié como Luca Toni u Oliver Kahn y clásicos como el Bayern Munich.
Aunque claro, quien hubiese podido anticipar esto último, cuando abrió sus puertas en 1998.
En esos lejanos días, el genio verdiblanco estaba en el punto álgido de su trayectoria y, siendo el habitante de la ciudad más celebre en lo de dar patadas al balón, se consideró lo más lógico del mundo dedicarle este honor. Lo que no entraba dentro de la lógica era que, apenas seis años después, el Geta rompiese su techo histórico y saltase de Segunda División, categoría donde había jugado doce temporadas, al tope español donde lleva la friolera de ocho. No entraba porque, en las treinta y seis temporadas que nos faltan para completar su trayectoria vital, el objetivo de la entidad que preside el madridista Ángel Torres, no se pensó pudiese ser el de recibir a Barcelona, Valencia, Athletic de Bilbao o a sus más ilustres vecinos de Comunidad Autónoma, Real y Atlético en choque oficial, obviamente.
Y, sin embargo, el destino tenía preparada esta fiesta para un feudo que cobija a 16496 espectadores, tiene proyecto de demolición, sustituto y nuevo fin: albergar viviendas. Cuando acaezca ese hecho, habrá pasado a la posteridad el sitio donde este deporte que metieron los ingleses por Huelva, alcanzó sus cotas más altas en una ciudad obrera del cinturón metropolitano de la Capital del Reino. El lugar donde se vivieron un campeonato de Segunda B, una segunda plaza en la categoría de plata y dos subcampeonatos de Copa de S.M. el Rey. Partidos de competición continental. Una final de Champions League… femenina. Una casa que ha vivido los instantes más gloriosos de este matagigantes sin haber sido capaz aún así, de meterse en la epidermis del socio como lo hizo el campo de Las Margaritas.
Cosas del fútbol, una bendita locura capaz de hacer que estos irreductibles Axterix y Obelix, sigan pendientes del sorteo liguero de Agosto, para ver a quien les toca recibir en su aldea cada domingo e incluso, si la poción es efectiva, ganarles.