Caluroso estreno
La alta temperatura a la que se ha disputado el partido, la ha convertido en una protagonista principal. Ha influido en varios detalles del encuentro, desde los más lógicos a los menos coherentes. Menos mal que ya no hay más partidos en agosto.
Salió el Betis muy caliente al campo. Salió hirviendo, en estado de ebullición. A punto estuvo de achicharrar al rival y dejar le partido visto para sentencia en diez minutos. No lo hizo y se acaloró. Se aplatanó el equipo y vio como le empataban tras un saque de banda. Menos mal que tras el descanso, la temperatura de los verdiblancos volvió a ser la idónea para ganar el partido. Subió la temperatura de la tarde gracias al calor de una afición indestructible. Bueno, alguna que otra lipotimia por los efectos del sol pegando en las cabezas a pleno hubo, pero nada grave por suerte. Y muy derretida tenía que estar la mente del personaje que ideó la solución para la camiseta ensangrentada de Molinero. Que eso te pase en Santander y que al gastar dos camisetas no tengas más, se entiende. Pero, ¿en el Villamarín no había más camisetas de Molinero? De todas formas, no se tomen un sofocón por este asunto que, al fin y al cabo es una anécdota sin importancia. Lo realmente importante es ganar y, de momento, lo está haciendo el Betis.
Y a ver si bajan las temperaturas y vamos sacando las rebequitas, que pasar esta calor en Heliópolis no es agradable. Ya llegará el invierno y también nos quejaremos. Pero ya sabéis: el que no llora no mama. Pues eso.